Los pequeños detalles son los que importan y los que te hacen dar media vuelta y volver al camino de la alegría. Los pequeños detalles son los más grandes, y lo que parece ser pequeño, es lo que puede llegar a superar el tamaño del universo.
Esa F de fácil, esa E de esperanza, esa L de lealtad, esa I de inigualable, esa C de constancia, esa otra I de incomparable, esa D de dar, esa A de amistad, esa otra D de dominar el mundo con ellas, esa E de emociones y esa última S de siempre. Ese puto cartel colgado, te hace ver la vida de la forma más sencilla posible, te hace verla con toda la dentadura rozando el aire y con una alta concentración de adrenalina en sangre. Es esa clase de adrenalina que te hace querer más, tener ganas de más, incluso de recorrer el mundo siendo seis sin necesidad de orientación.
Ellas son la brújula que andaba buscando para por fin perderme. Ellas son la vida que me faltaba.