Dedicado a las personas que son conscientes de que el arte, la poesía, la música y las letras, son los sentimientos que despiertan el alma. A los locos. A los maniáticos. A los perdidos. A los desordenados. A los cobardes. A los distantes. A los inquietos e inquietantes. A los hiperactivos. A los amantes de la Paulaner. A los que surfean. A los desconocidos. A los risueños. A los imaginativos. A los amantes del cine. A los refugiados. A los que odian el queso. A los imperfectos. A los que odian las normas y se salen de lo cotidiano.

Yo también soy una de vosotros.

sábado, octubre 31




Parece que quisimos hacernos los complicados, y sustituir los suaves destellos de verano, por complicadas tormentas previstas.
Y mira que nos avisaron, 
nos sumergieron en el aquí y en el ahora, y nosotros aun así, seguimos mirando hacia donde acaba el mar.

Cautivos de nuestros sueños, y cegados por tanto insomnio, juramos ser participes de lo inapropiado.

Vaya estupidez.

Los sinsentidos subieron a la escalera más alta de nuestro cielo, y el ascensor, curiosamente, no funcionaba.
Pero, si,
P E R O,
estábamos en el mismo.

Qué injusta es la vida del valiente cuando falla una hora de las veinticuatro y uno de cada siete se lo recuerda cada mes del año.
Me retracto.

Volvámos a perdernos sin explicaciones,
y volvámos a soñarnos sin despertar.