Dedicado a las personas que son conscientes de que el arte, la poesía, la música y las letras, son los sentimientos que despiertan el alma. A los locos. A los maniáticos. A los perdidos. A los desordenados. A los cobardes. A los distantes. A los inquietos e inquietantes. A los hiperactivos. A los amantes de la Paulaner. A los que surfean. A los desconocidos. A los risueños. A los imaginativos. A los amantes del cine. A los refugiados. A los que odian el queso. A los imperfectos. A los que odian las normas y se salen de lo cotidiano.

Yo también soy una de vosotros.

lunes, abril 22


            Juro que ella puede mirar a través de mi, que sabe todo lo que pienso, lo que he pensado y lo que vaya a pensar. Que solo hay un secreto, y lo hay porque no se como hacer que lo sepa, que la quiero mas que a mi, que solo hay un nosotros, que libraremos todas las guerras juntos, porque estoy dispuesto a luchar lo que haga falta por ella. Que cada formato de su voz está ahora entre mis canciones favoritas, que cada uno de sus gritos hace que me tiemblen las piernas, que cada una de sus caras se merecen ese amor de invierno, por eso de que las nevadas son solo una pequeña parte
de nuestra vida. El resto su mirada. Joder, que el truco esta en vivir por su sonrisa, empezar por infinito,  conocer cada curva de su cuerpo, vivir en un tercer piso, reír en la primera vez, comer con la mirada, subir por las paredes, aprender a volar, vivir cada día como el 105, recorrer su espalda saltando entre los lunares, agradecer las luces de emergencia, traspasar los límites, amar con el corazón, querer con la mente y fijarse en los detalles. Siempre es siempre y lo es para siempre.

"mayday, mayday, mayday aquí hay alguien que te echa de menos"

sábado, abril 20

Día 105. Un día de los mejores de mi vida, que no es algo raro últimamente. Inexplicable. Acojonantemente enamorada. Indescriptible por mucho que lo intente. Cada uno de los gritos, era el motor que me llevaba al cielo una vez más. Y ahora, estoy aquí, quién me lo iba a decir: codeándome con la felicidad, doliéndome las muelas de tanto sonreír, sin soñar y únicamente viviendo.
Mi vida dio 5 vueltas de campana hace 105 días, y hoy, he vuelto a desestabilizarme. Supongo que será que no estoy acostumbrada a vivir sin gravedad, y creerme, que no sirve un simple traje de astronauta o una nave para explicar este fenómeno. Es más simple, muchísimo más. Es correr hacia la gasolinera más cercana porque ese olor te recuerda a cuando aprendíais a conducir. Es ir a las dos de la tarde a comprar la gorra de la que tanto se enamoraba cada vez que pasaba por el escaparate. Es una azotea insonorizada. Es leer la mente. Es ser lo más salido de este planeta. Es necesitarle. Es, las quince canciones que tenéis juntos. Es su forma de mirarte y saber que estás en casa. Es su forma de besarte, esa que con miedo a que se rocen los dientes, hace que salga de su boca un "que le jodan" cuando suena el móvil. En resumen, el cielo es él, yo, y nosotros.

jueves, abril 18


Ayer aprendí a volar. Que no os mientan, no se necesitan plumas, ni alas, ni siquiera un motor. Tampoco hace falta escribir y, sin embargo, aquí sigo, volando. Aprendí en un segundo. Ese instante, cuando se le atranca la voz, cuando por un momento puedo jurar que así será mi vida con ella, cuando cuelgas el cartel de “completo” porque solo caben dos en ese mundo de ensueño. Se te duerme la pierna, el pie, dudas de estar despierto, pero es ella la que tiene los ojos cerrados. Recorres cada uno de los lunares de su cuerpo, encuentras una esquina que todavía no has besado, gritas en silencio,  corres sentado, te subes por las paredes aun estando en el ático y vives por su sonrisa. Detalles sinsentido que hacen que todo cobre sentido. No se siquiera si tiene sentido. Pero en fin, que si la confianza da asco, somos un par de guarros.                                                         






martes, abril 16


Puro descontrol controlado por su forma de decirme que no. Ahora si, he vuelto a leer y he comprendido todo eso de los diferentes formatos de su voz. Ahora si, estoy convencido de que le quiero suficiente como para querer por los dos. Amo cada uno de los muchos tonos que surgen de su garganta y amo cada momento que pasa por mi cabeza.

            Miras al cielo y te das cuenta de que no es necesario tocar el techo de los túneles para sentirte infinito. No hace falta que pidamos ningún deseo cuando soplemos las velas de nuestras tartas, ni cuando lancemos monedas a las fuentes o veamos estrellas fugaces. Pero aún así, lo seguimos haciendo. Pedimos el mismo puto deseo como gritando: “¡Que nunca acabe!”. Y por primera vez en mi vida puedo asegurar que me siento infinito, que el principio de esta historia de techos de cristal es jodidamente embriagador. Que estoy completamente seguro de que no quiero que acabe. Me declaro adicto a sus gritos, aficionado a los besos sobre su espalda y enganchado a sus provocaciones. He llegado a un punto en el que irrevocablemente ya no es posible separarme de su ombligo, sí, de su ombligo.

           
 Solo espero poder hacer que palabras como valor, incondicional, cariño, tentación, originalidad, recreación, infinito y amor sean 8 bases de nuestra vida y no solo ocho palabras escritas a partir de cada letra de tu nombre.

domingo, abril 14

"Conocer cada curva de su cuerpo , y dejar rastro besándola en cada rincón de su piel. Morder una y otra vez sus mejillas sin cansarme. Comérmela con la mirada. Analizar sus pestañas para poder recordar cada detalle de ella. Planear como sorprenderla, pero, en realidad, luego soy yo quién se sorprende con su sonrisa. Llamarla de las formas más bonitas que se me ocurren. Invitarla a gofres, aunque no creo que halla nada más dulce que ella. Prohibirle el tabaco porque yo si que sé lo que es una adicción. Quererla. Echarla de menos...Ya sabes, lo de siempre"

viernes, abril 5




Aún recuerdo ese momento. Cuando la miras a lo lejos, acercándose, y sientes que te ahoga la corbata, que te pesan los pies, que te acuerdas de ella. No hicieron falta palabras. Ella me desnudó con la mirada, me aflojó la corbata y se deshizo de mis zapatos. Fue entonces cuando llegamos a ese infinito que llamamos cielo. Cuando comprendimos que no se necesita música para bailar. Cuando solo te importa tirarte encima de ella y darle un momento inolvidable, de esos que le habías prometido.

            Y joder, no es malo que nos pesen las lágrimas, podemos levantarlas juntos. Y con el rastro de rímel que dejen por tus preciosas mejillas, escribiremos el resto de nuestra historia, repleta de paredes de cristal y besos por tu espalda. Y gritaremos cada puto día, que, pese a todo, cada día ha sido el puto mejor día de nuestras vidas.

                                                  
            Borraremos los finales felices de los diarios. Que las buenas historias nunca se acaban. Eso de que ella me enseñó a volar por encima de las nubes, a gritar por encima de todos, a querer por encima de todo, a estar ahí, para todo. Empezando por infinito. Eso de que de repente hay alguien que vuelve posible ese uno por ciento que había entre lo imposible.

            Que habrán películas en el cine, y la película fuera de este. Que dejaremos a un lado lo predecible y pasaremos a las sorpresas para comer. “No hablen de amor si no conocen sus placajes”. El truco será vivir por tu sonrisa.

                       

                ESCRIBAMOS EL RESTO

martes, abril 2

Creo que no hay mejor sensación. Hay gente que me entenderá. Ese momento en el que se te duerme el pie izquierdo pero tienes encima a la persona más importante de tu vida, y ni te molestas en moverlo. Notas ese cosquilleo que te recorre toda la planta del pie, pero, en cambio, también tienes el cosquilleo que te sube por la espalda con sus besos. Ojalá esa puta azotea fuese mi día a día y sus besos por mi espalda la forma de contar
 el tiempo.