Creo que no hay mejor sensación. Hay gente que me entenderá. Ese momento en el que se te duerme el pie izquierdo pero tienes encima a la persona más importante de tu vida, y ni te molestas en moverlo. Notas ese cosquilleo que te recorre toda la planta del pie, pero, en cambio, también tienes el cosquilleo que te sube por la espalda con sus besos. Ojalá esa puta azotea fuese mi día a día y sus besos por mi espalda la forma de contar
el tiempo.