Dedicado a las personas que son conscientes de que el arte, la poesía, la música y las letras, son los sentimientos que despiertan el alma. A los locos. A los maniáticos. A los perdidos. A los desordenados. A los cobardes. A los distantes. A los inquietos e inquietantes. A los hiperactivos. A los amantes de la Paulaner. A los que surfean. A los desconocidos. A los risueños. A los imaginativos. A los amantes del cine. A los refugiados. A los que odian el queso. A los imperfectos. A los que odian las normas y se salen de lo cotidiano.

Yo también soy una de vosotros.

jueves, abril 23

Quiéreme la mitad de lo que lo hago yo

Las caricias del insomnio últimamente me dejaban por las nubes, 
no sabía si era que la locura consumía más de lo normal mis días,
o si eras tú el que no estaba,
para hacer de mis noches...
ya sabes,

que no fueran noches.

También me delataban las sonrisas espontáneas, 
que, curiosamente, 
aparecían a la vez que tu. 

Me faltaba tiempo, me sobraban las ganas,
y ahora también.
Cada vez me asustaban más los escalofríos que me recordaban que no estabas cerca,
y me aterraban las palabras que deciden callarse cuando estas aquí. 

Pero.....
si, PERO:
yo más. 

sábado, abril 18

Mensaje subliminal.

Y lo difícil que es hablar cuando el corazón calla, el invierno se calienta, y el sudor se hace frío.

Aunque en el amor, y en tus besos, las palabras nunca son lo que quiero descifrar.
Puede que sean tus dientes, o tus mejillas, que cambian de color cuando decido que mi ropa se caiga al suelo, o que se desvanezca, para nunca volver a encontrarme con el pantalón que ataba mis botones para que no fueras mío todas las noches que yo quisiera (dejémoslo en todas).

Para qué hablar de los muros que intentan burlarse de tus lunares, si los sobrepaso volando cada vez que intento hacer líneas entre ellos, mordiendo cada hueco que me declara la guerra recordándome que algún día no seré yo la que esté dispuesta a quererlos, o a odiarlos, o a cuidarlos.


Intentaré que tus pupilas jueguen al póker con mis pestañas, y que el rey de corazones nunca alce la bandera blanca para finalizar la partida. Inventaré siete movimientos para que el ajedrez te deje KO y hagas la L del caballo en mi espalda:

 “la Libertad es lo que me hace dormir 
cada luna derritiéndome en tus labios”.

viernes, abril 17

Esta va por los que no confiaban en nosotros, por los que se reían cuando nosotros decidimos que podíamos intentarlo. No confiaban en las posibilidades en las que nosotros creíamos. Teníamos un 1% a nuestro favor, y el resto, a nuestra contra, pero eso era lo que nos hacía levantarnos a seguir con la lucha. Porque sí, lo que hacemos es luchar, no vengarnos de aquellos que nos ponían un "no" en la frente cada vez que avanzábamos un paso más. No son tan importantes como para llevarse los logros de nuestra fuerza. 
Puede que nuestra toalla no estuviera en el cielo cada vez que fallábamos, pero nunca la tiramos, os lo aseguro. La toalla era nuestra arma letal, y nuestra mente, el comodín de la victoria. 
Fuimos nosotros los que nos acordábamos del por qué, del para qué, del cómo, y del con quién,y así seguimos, aunque nuestros impulsos nos ofrecieran a cada segundo que avandonasemos.
"Partimos", frase más elocuente de todos los 300. Partimos hacia quizás, nuestro mayor fracaso, pero, y entendiendo el pero como una conjunción que hace que lo anterior a él sea una mentira, 
lo logramos. 



domingo, abril 12


Hoy es nuestro día, hoy estallamos juntos.
¿Recuerdas esa película en el que una mísera granada, de como mucho 4x3 centímetros, arrasó con media ciudad? Pues algo parecido.
Voy a mirarte como nunca nadie lo haya hecho antes, y voy a intentar formar parte de tu vida con un sólo beso que te arruine los días. Por querer repetirlo. Una y otra vez. Pero intentaré que sea efímero, para que te vuelvas loco en el intento de rememorarlo en otros, que no sean mis dientes. 
Voy a acariciarte cada poro de piel que nadie nunca haya tocado, o que ni siquiera tú sepas que existe. Porque es muy fácil que cualquiera se fije en tu cuello, aunque lo importante sea los 100 mordiscos que te voy a dar cada noche debajo de la luna. 
Voy a hacer recorridos por tus labios, patinando por cada rasguño que cualquier zorra intentase hacer para dejar su huella. Será mi territorio, mi barco a la deriva. La única tripulación que a mil millas a la redonda hace que se alejen los piratas bárbaros de la desilusión. 
Intentaré conseguir que tus pulmones se arrepientan al verme, sabiendo que su perdición llegará de un momento a otro, cuando traten de respirar hondo y solo puedan hiperventilar. 
Voy a ser tu asma, tu paralizante, tu parkinson, tu ceguera, tu insomnio, y sobretodo tu perdición. No lo tengas en cuenta ahora, de eso llegarás a la conclusión tu solo, cuando trates de buscar en otras lo que creías que no tenía yo. O lo que esperabas encontrar en mí.
Te avisé que era sencilla, y que solo necesito dos cervezas para conquistarte. 
Si algún día no quieres que sea yo la que ponga tu vida patas arriba, espero que te acuerdes de mí cuando la Steinburg sea la única salida para emborracharte. No hace falta que te diga nada del champagne, porque se que cuando lo veas, sabrás quién era la que realmente te hacía el amor. 


jueves, abril 9

Hagamos que tu eres yo y que yo soy tú,
y que no somos partícipes de esta locura solo,
sino de varías, 
que en concreto, y con redundancia,
me están volviendo loca.

Hagamos un pacto, 
el de no entretenernos,
el de seguir moviendo las pestañas aunque el mundo pare,
o el de seguir besándonos aunque el semáforo se ponga en verde.
Prometo intentar no estrellarme,
aunque es complicado teniéndote de participante. 

Imaginemos que yo soy la que nunca te lleva la contraria,
la que no tiene los sentimientos a flor de piel, 
o la que adora cualquier película que sea de tus favoritas.
Imaginemos que no te echo de menos cada vez que nos separan centímetros, 
que no cierro los ojos cada vez que te recuerdo para centrarme en tu sonrisa
o que no adoro soñar contigo. 

Imaginemos.

Imaginemos que nada de esto es cierto, 
y que no quiero tu mirada cada día para desayunar, 
ni tu perfume,
ni tu pelo de loco cuando te despiertas,
ni tu pulgar amorfo,
ni tu forma de besarme, agarrándome justo la porción de labio que me muerdo cuando los nervios me recorren todo el pecho, 
y que a mi no me salga esa forma.

Imaginemos que odio tu cuello, 
y que no pagaría mil noches en vela por vivir ahí. 
O que nunca me gustaría escribirte, 
en la espalda,
para ser yo misma la que lo lea,
todo lo que pienso cuando te tengo en frente,
                    que imaginemos que no es nada,
                    pero que en realidad,
es todo.

Imaginemos todo.
Sería ilógico que algo de esto fuese verdad,
pero...
soy una chica dura, ya sabes.

Y riete, 
porque cada vez que lo haces,
me acuerdo de por qué estoy contigo.


-Palabra mágica. 

domingo, abril 5

-00:00- 
Hora cero, minuto cero, primera calada, primer microsegundo de pestañeo, y tú.
Sobretodo tú.
Me tiembla el pecho como si no te conociese, 
y todos mis nervios se concentran en intentar interpretar tu mirada. 
Mis pupilas se dilatan como si me fuera a morir de sobredosis, 
y entonces ocurre,
das un paso hacia delante, o hacia mí, y desfallezco en el intento de tener cordura. 
Me la suda la luna.