Puede que nuestra toalla no estuviera en el cielo cada vez que fallábamos, pero nunca la tiramos, os lo aseguro. La toalla era nuestra arma letal, y nuestra mente, el comodín de la victoria.
Fuimos nosotros los que nos acordábamos del por qué, del para qué, del cómo, y del con quién,y así seguimos, aunque nuestros impulsos nos ofrecieran a cada segundo que avandonasemos.
"Partimos", frase más elocuente de todos los 300. Partimos hacia quizás, nuestro mayor fracaso, pero, y entendiendo el pero como una conjunción que hace que lo anterior a él sea una mentira,
lo logramos.