Dedicado a las personas que son conscientes de que el arte, la poesía, la música y las letras, son los sentimientos que despiertan el alma. A los locos. A los maniáticos. A los perdidos. A los desordenados. A los cobardes. A los distantes. A los inquietos e inquietantes. A los hiperactivos. A los amantes de la Paulaner. A los que surfean. A los desconocidos. A los risueños. A los imaginativos. A los amantes del cine. A los refugiados. A los que odian el queso. A los imperfectos. A los que odian las normas y se salen de lo cotidiano.

Yo también soy una de vosotros.

sábado, abril 18

Mensaje subliminal.

Y lo difícil que es hablar cuando el corazón calla, el invierno se calienta, y el sudor se hace frío.

Aunque en el amor, y en tus besos, las palabras nunca son lo que quiero descifrar.
Puede que sean tus dientes, o tus mejillas, que cambian de color cuando decido que mi ropa se caiga al suelo, o que se desvanezca, para nunca volver a encontrarme con el pantalón que ataba mis botones para que no fueras mío todas las noches que yo quisiera (dejémoslo en todas).

Para qué hablar de los muros que intentan burlarse de tus lunares, si los sobrepaso volando cada vez que intento hacer líneas entre ellos, mordiendo cada hueco que me declara la guerra recordándome que algún día no seré yo la que esté dispuesta a quererlos, o a odiarlos, o a cuidarlos.


Intentaré que tus pupilas jueguen al póker con mis pestañas, y que el rey de corazones nunca alce la bandera blanca para finalizar la partida. Inventaré siete movimientos para que el ajedrez te deje KO y hagas la L del caballo en mi espalda:

 “la Libertad es lo que me hace dormir 
cada luna derritiéndome en tus labios”.