Voy a estar contigo, lo sabes ¿no?. Porque no sé cuando me enamoré de ti ni cuanto, porque no hay metros cúbicos ni litros para medir todo eso. Pero si sé por qué. Porque tienes un hueco aquí, entre el lomo y el pecho, y cuando pongo la cabeza me siento en casa. Y porque todas las fotos que tengo tuyas sales siempre sonriendo. Porque la primera vez que te besé, nuestros dientes se rozaron por una milésima de segundo. Y fue increíble. Y la hora exacta de ese beso, eran las doce y diez. Y quité la pila del reloj. Para que se quedase la hora detenida para siempre. Parada. El minuto exacto en el que me besaste, esta metido en un reloj. Para siempre. Y ya nunca sé que hora es.
Pero me da igual.
Pero me da igual.