Dedicado a las personas que son conscientes de que el arte, la poesía, la música y las letras, son los sentimientos que despiertan el alma. A los locos. A los maniáticos. A los perdidos. A los desordenados. A los cobardes. A los distantes. A los inquietos e inquietantes. A los hiperactivos. A los amantes de la Paulaner. A los que surfean. A los desconocidos. A los risueños. A los imaginativos. A los amantes del cine. A los refugiados. A los que odian el queso. A los imperfectos. A los que odian las normas y se salen de lo cotidiano.

Yo también soy una de vosotros.

martes, enero 13

Intento evadirme del mundo circundante y encontrar cualquier inspiración escondida entre la salida y la puesta de sol. No logro concentrarme, las alarmas me recuerdan que no tengo que perder el tiempo en respirar. Busco en mi subconsciente y tampoco encuentro nada, vacío. Vacío como mi buzón cada vez que espero cosas sin importancia, y vacío como el metro cuando agradezco haberlo perdido. Un vacío sin sentido alguno.
El miedo de cualquier lector es no encontrar entre esas líneas lo que realmente quiere escuchar (digo escuchar porque a veces las páginas pueden llegar incluso a gritar). El miedo de cualquier escritor, es no poder rotular en tinta lo que ven y escuchan sus ojos.