Hace tiempo me pregunté cuanto tiempo me iba a durar la felicidad de esta época de mi vida, cuánto iban a tardar en derrumbármela o quitármela de las manos. Sonreí, porque por mucho que lo intenten, algo siempre queda. Eso de que cuando hubo fuego quedan cenizas, o que nada acaba si hay algo que te lo recuerda, es algo que tengo presente todos los días.
Me dí cuenta que no encontramos la respuesta a la pregunta de la duración de la felicidad porque realmente, estamos formulándola mal.
La felicidad no es un "cuánto dura" es un "cuanto se mantiene" y "cuanto haces tu por mantenerla". La cosa más fácil de este mundo es sonreír.