Si me rayo,
ella está conmigo, si se raya, yo estoy con ella, pase lo que pase, nos
protegemos, y eso es así.
Que no la
quiero por lo perfecta que es, ni porque sea preciosa, ni porque me encante su
forma de mirar al techo y decir, “me conoces demasiado”. La quiero por lo
perfecto que hace mi mundo, por lo precioso que hace cada sueño y por lo bonito
que resulta conocerla. Solo puedo decir gracias.
Gracias por
cuatro meses, gracias Altozano, gracias a ese jodido momento en el que te
conocí, gracias a los pasillos, a las camas y a las escaleras, gracias a los
donuts, gracias a los videos, a las fotos y a las cartas, gracias a tus
lunares, gracias a cada vez que me escribes, gracias a las clases con sus pies,
gracias a volar, teletransportarse y parar el tiempo, gracias vida, gracias mi
vida.
“El día que
dejes de sorprenderme me daré cuenta de que eso mismo es una sorpresa, gracias”
Fumarme la vida llena de droga con sabor a ti.