Conozco esa mirada. Esa mirada firme y perturbadora. Esa mirada que te penetra y no sabes como escapar de ella. Esa mirada que te dice todo y nada a la vez. Esos ojos que no dejan de mirarte pero, que son tan perfectos, que no te incomoda que te miren. Es, ¿de esas miradas que te enamoran? Pues de esas, la mejor y la que más lo consigue. ¿Cuántas veces me habrás mirado así pequeña? Después de cinco años, con esa mirada sigo sintiendo lo mismo que el primer día.