También fuimos ruido,
para qué nos vamos a engañar.
Prometimos ser la voz en 'off' de la suburbia
-y del delirio-
pero no nos mirábamos con los ojos. (¿recuerdas?)
Esta vez las pestañas no hablaban más que los labios,
porque nuestros gritos eran la sinfonía de 5 letras dispuestas a todo.
El amor grita,
el engaño se esconde.
... También fuimos ruido.