Dedicado a las personas que son conscientes de que el arte, la poesía, la música y las letras, son los sentimientos que despiertan el alma. A los locos. A los maniáticos. A los perdidos. A los desordenados. A los cobardes. A los distantes. A los inquietos e inquietantes. A los hiperactivos. A los amantes de la Paulaner. A los que surfean. A los desconocidos. A los risueños. A los imaginativos. A los amantes del cine. A los refugiados. A los que odian el queso. A los imperfectos. A los que odian las normas y se salen de lo cotidiano.

Yo también soy una de vosotros.

lunes, marzo 23

Inconsciente, o conscientemente, ya ni lo sé.
Después de tanto beso o de tanto verso, ya no se dónde esconderme.
Igual debería hacerlo debajo de tus sábanas, 
al menos ahí sé con certeza que serás el único que me encuentre. 
Porque sí, no quiero casualidades idiotas,
ni borrachos,
ni historias que hagan que pierda el tiempo.
Aunque me encantaría perderlo contigo.
Para qué mentir, eso ya lo haces tu.
O no.
Ya no lo sé.
Puta consciencia que se esfuma cuando me rozas con los labios.
Que me fumaría exactamente 170 kilómetros para ver tu sonrisa detrás de cada amanecer,
aunque no madrugues. 
Porque me tragaría mil inviernos por ser la que te dilate las pupilas,
y te llene de lunas cada noche,
y te lleve la contraria,
aunque tuvieses el mango de la sartén para dar vueltas a mi dichosa vida.
Porque ya estoy dando vueltas de campana, 
y has puesto todo patas arriba.
Pero prometo ir sin frenos,
tu prométeme ser el astronauta del que hablaba Rayden.