escogí quedarme entre tus piernas.
Porque busqué,
te aseguro que lo hice,
y encontre a cuatro tontos con cuatro espadas, gritándo "valentía" por llevar armadura,
y claro,
de que me servía besarlos si ni les rozaba el alma.
Eran espamos de carácter inconsciente,
que buscaban la necesidad de ser recordados en cada pedazo de pulmón de esos "caballeros" (que no se quitaban el sombrero),
inútiles,
los caballeros también,
pero sobretodo mis impulsos.
Hasta que llegué a ese lugar,
donde cualquiera podría hondear una bandera,
donde cualquiera sería recordado,
donde cualquiera...
"y escogí quedarme entre tus piernas"