Dedicado a las personas que son conscientes de que el arte, la poesía, la música y las letras, son los sentimientos que despiertan el alma. A los locos. A los maniáticos. A los perdidos. A los desordenados. A los cobardes. A los distantes. A los inquietos e inquietantes. A los hiperactivos. A los amantes de la Paulaner. A los que surfean. A los desconocidos. A los risueños. A los imaginativos. A los amantes del cine. A los refugiados. A los que odian el queso. A los imperfectos. A los que odian las normas y se salen de lo cotidiano.

Yo también soy una de vosotros.

miércoles, junio 18

Llegué siendo una persona, 
pero me voy siendo otra.

Soy de la clase de personas que no cambian con el tiempo, o bueno, mejor dicho, lo era. Estos últimos meses he sido todo lo contrario, y lo mejor de todo, es que no lo esperaba.
Esperaba algo diferente, y de hecho lo ha sido, pero no pensaba que fuera tan increíble. Me he convertido en quién esperaba, en quién añoraba, en quién decidí ser hace un par de años, y no me ha costado ningún cambio de mentalidad. Sigo pensando exactamente lo mismo que antes de llegar a estas cuatro paredes en las que he pasado tantas horas encerrada. Sigo pensando en que la cantidad de cosas que nos quedan por descubrir es una suerte que el destino decide darnos cada día. Sigo pensando que el esfuerzo es un modo de vida, pero que el talento es una cosa con la que se nace. ¿Quién hace una batalla de gallos como Eminem en el final de 8 millas? ¿Quién chuta como Messi? ¿Quién irradia más felicidad que Bob Marley en sus tiempos? Supongo que sabréis la respuesta. 
He aprendido a querer cada rincón, cada risa, cada cara nueva, cada fiesta, y cada cubata; que parece de coña, pero el ron con buena compañía no lo cambiaría ni por todo el oro del globo, como diría mi gran ídolo Rayden.